El agua alcalina no es más que una variedad de agua típica. Normalmente, el pH del agua es neutro, alrededor de 7, pero la corriente comienza a mostrar que alcalinizar el pH (aumentarlo) puede proporcionar beneficios para la salud.
El pH del agua natural puede ser alto o bajo, pero un pH demasiado alto o demasiado bajo puede ser perjudicial. De hecho, el agua alcalina tiene un sabor amargo y se sabe que produce depósitos en tuberías y electrodomésticos; por sí misma, el agua ácida puede corroer los metales o disolverlos. Existen muchos supuestos beneficios de esta agua los cuales desmentiremos a continuación.
Por ejemplo, en el caso de la osteoporosis, un estudio publicado en la revista Bone mostró que el agua alcalina puede reducir la destrucción ósea y aumentar la densidad mineral ósea. Los autores concluyeron que el agua alcalina es rica en bicarbonato. En comparación con el calcio, reducirá este daño. Sin embargo, hay muy poca evidencia al respecto.
La Organización Mundial de la Salud señala que cambiar el pH del agua puede ser peligroso. Un experimento publicado en el International Journal of Experimental Pathology en 2001 analizó el consumo de agua alcalina con un pH de 11,2 y un pH de 12. Según sus hallazgos, los roedores pierden peso o tienen un crecimiento lento, e incluso cambian el crecimiento de su cabello o el revestimiento de la boca.
Por lo tanto, dada la evidencia actual, la conclusión es que el agua alcalina no solo no muestra beneficios para la salud, sino que también es bien sabido que los cambios excesivos en su pH pueden incluso ser perjudiciales. Es por eso que se recomienda consumir agua purificada a través de distintos procesos efectivos en lugar de alcalina.